Sandman. El Velatorio (X). Neil Gaiman. ECC

(176 páginas. 17,95€. Año de edición: 2015)
Sandman llega a su final, pero por suerte no acaba nunca. Gracias a la visión circular o cíclica que se nos plantea, la muerte del Eterno pálido no supone un punto final, sino más bien un punto seguido. Como ya se vio en el número anterior, Daniel va a ser su sucesor, y ya que es un ser diferente más que un resucitado, guarda los recuerdos de su predecesor. Al mismo tiempo, el resto de Eternos y de seres que pueblan el universo de esta saga, presentan sus respetos para despedirse de Sueño en un velatorio en las fronteras de lo onírico y de lo metafísico.

Más allá de considerar las repercusiones históricas de esta creación de Gaiman de los años 90 (en Cómic para todos hay una reseña que incide, entre otros temas, en esto), hay que quedarse con que cada número es una maravilla, y no digamos ya el conjunto, estos diez números que redondean una visión original, riquísima y en muchas ocasiones autorreferencial: no hay puntada sin hilo, no hay cabo suelto que no se recoja en algún momento o en otro. La minuciosidad es una seña característica, así como las múltiples lecturas e interpretaciones. Mitología, imaginación y reelaboración de elementos históricos y literarios se aúnan para dar con una obra maestra.

Todo acompaña en este sentido. Si en el número anterior cabía hablar de un dibujo más endeble o menos en consonancia con la grandiosidad de lo narrado, aquí Michael Zulli reviste de gravedad, trascendencia y fuerza todos esos personajes que han poblado las páginas de esta maravillosa obra. No sólo los Eternos, sino también esos secundarios que en algún momento han protagonizado alguna historia. El dibujo es un homenaje en toda regla.

Además del velatorio, cerramos esta saga con dos historias breves a modo de broche final: Exiliados, en la que regresamos a una de las tierras blandas del sueño, ubicada en el desierto; y La tempestad, que nos devuelve a William Shakespeare (y se nos recuerda que Sueño le pidió al dramaturgo inglés dos obras, y si Sueño de una noche de verano era la primera para homenajear a las Hadas, faltaba esta), que inciden en ese elemento heterogéneo que es también marca de la casa. El polimorfismo de Sueño y de todo lo referente a este Reino es una ramificación más del genio de Gaiman.

En el capítulo 1 (Que acontece como consecuencia de lo que sucedió antes), el nuevo Sueño de los Eternos devuelve la vida a Abel, a Mervyn y trata de hacer lo mismo con Gilbert, pero este se niega; los hermanos de Sueño -salvo Destrucción- van a la necrópolis de Litargirio en busca de la mortaja y el libro del ritual, para lo que crean un enviado en su busca, al cual le nombran Eblis O'Shaughnessy ("no puedes soñar ni destruir. Ese será tu triunfo y esa será tu tragedia"); Matthew sigue de duelo por no haber hecho más cuando murió Sueño; y una serie de personajes se encaminan hacia el velatorio: soñadores, invitados, oficiantes y dolientes: Nuala, Rose Walker, Richard Madoc, Lyta Hall, Alex Burguess, Robert Gadling sueñan; acuden Titania, el Ángel Duma, la dama Bast o Quirón (tengo dudas sobre la continuidad de la historia de la taberna en El fin de los mundos: ¿corresponde este velatorio al mismo tiempo de la visión que los allí presentes tuvieron? Porque si no Quirón estaría en dos lugares a la vez, así como Cluracán).

Capítulo 2 (Donde se celebra un velatorio): los Eternos, gigantes e imponentes (como en El fin de los mundos), construyen una capilla ardiente. Alternamos los sucesos relacionados con el velatorio con el castillo donde el nuevo Sueño de los Eternos está iniciando sus primeros pasos, como hablar con Matthew. Tenemos primeros planos explicativos de las amantes de Sueño: Calíope, la madre de Orfeo, Titania (bellísima aunque no se profundice en sus sentimientos) y Tesalia; aparecen Hettie la loca (de joven), Cluracán y su némesis cornudo (el ciervo que se encontró en el castillo de Sueño), Rose (embarazada) con su hermano Jed, Lyta, Lucien, Eva, Bhartari Raja, e incluso Batman y Superman.

Capítulo 3 (Donde despertamos): la fiesta y los excesos terminan al comenzar el día; comienza la ceremonia, que da inicio Destino. Hablan la Gata egipcia, Deseo, Desesperación, Wesley Dodds, el Ángel Duma, Delirio, Matthew y cierra Muerte. Por su parte, Sueño marca distancias con su predecesor al mostrarse mucho más cercano y recibe la visita y los consejos de Destrucción. Hay momentos preciosos en el guión: "Y como esto es un sueño... no olvides nunca que esto es un sueño". "La chica del vestido rojo os habla a todos (...) y sus palabras le dan sentido a todo". Lyta queda en paz y todos vuelven a casa, como Alex Burgess. La genialidad llega cuando se nos dice: "Han despertado todos menos uno". Y ese uno somos los lectores. "Y entonces... intentas seguir dormido... pero despiertas".

A modo de epílogo, tenemos Domingo de luto: Robbie Gadling, ahora caracterizado con entradas y barba, acompaña a su novia Guenevere a un festival histórico que hace las delicias de ella, que se caracteriza como lady Constance Du Lac. Eso da pie a muchos comentarios irónicos por su parte, además de constantes gruñidos y quejas. Parece un poco hastiado de la vida, de modo que cuando aparece Muerte, comunicándole el fallecimiento de Sueño. La especie de contrato entre ellos ha concluido y le pregunta si quiere acompañarlo. Contra todo pronóstico, Robert decide seguir viviendo. Como siempre, luego queda la duda de si todo fue un sueño, como el que Robbie le cuenta a su novia y en el que también estaba Destrucción.

En fin, que todo lo bueno se acaba, aunque este cómic gana con las relecturas y cada vez que abra un ejemplar volverá a empezar todo. Además, nos quedan sus "bonus track" o "spinoffs". Lo que queda claro es que Gaiman sí que ha sabido cerrar todas las tramas y dignificar a todos los secundarios que en algún momento adquieren algún protagonismo. Para seguir disfrutando de Sandman, hay un par de reseñas muy interesantes sobre Velatorio y: noche americana y abandonad toda esperanza.

Y recordad: "Aquello que se sueña no puede perderse ni considerarse que no se ha soñado".

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