Don Quijote de la Mancha. Miguel De Cervantes Saavedra. Castalia Prima (2010)

(360 páginas. 9,6€. 1ª edición: 1605, 1615)
Escribir una crítica sobre, probablemente, la mejor novela de la historia de la literatura es complicado, y más teniendo en cuenta la serie de valoraciones, estudios y juicios que lleva consigo, así que es mejor circunscribirla al ámbito de la escuela.

Tengo comprobado que a los estudiantes actuales no les engancha, pero es sin duda alguna fruto del poco esfuerzo con que se enfrentan a la lectura de este clásico. Es decir, están acostumbrados a que en sus pocas lecturas, se les dé todo hecho, masticado, fácil, filtrado por las exigencias actuales de lo que ha de ser un libro de éxito para jóvenes. El salto cualitativo en Bachillerato es enorme y no son capaces de llegar a buen fin, así que la lectura ha de realizarse de una manera dirigida, seguramente con lecturas en cursos previos de fragmentos que desmitifiquen que Don Quijote es un tocho inaguantable.

Seguramente le pase lo mismo a otros muchos lectores, que no valorarán el vacío de la novela antes de esta obra. Antes, el Lazarillo era la única obra que se acercaba al concepto moderno de novela: historias, libros, sucesión de peripecias más o menos inverosímiles para la ficción. Nada de evolución de personajes o de confluencia de lo literario en la propia obra. Todo eso, además de producir unos personajes arquetípicos e inalcanzables, de tramas que se recordarán a lo largo del tiempo, así como del hallazgo del perspectivismo, consiguen que la obra hoy en día no haya perdido vigencia y se sigan descubriendo cosas nuevas con cada lectura.

Por último, cabe consignar la polémica de las novelas interpoladas. Tal vez ese distanciamiento con respecto a Quijote y Sancho irriten al lector, pero hay que tener en cuenta cuál era el posicionamiento de Cervantes (el autor, no el narrador tramposo escondido bajo la voz traducida de Cide Hamete Benengeli) respecto a esta obra: una composición coral que englobase los distintos tipos de novela que se venían practicando: pastoril, morisca, bizantina, novela corta.

Cuesta pensar qué es lo que habría sido de la literatura actual de no haber existido el Don Quijote, y con eso está todo dicho acerca de esta obra maestra. Obra maestra a la que, como mínimo, hay que acercar a nuestros alumnos, por más que luego no vayan a cursar filología hispánica (o como se llame el grado similar que sobreviva a Bolonia).

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